Descripción
Mi impresión es que Augusto Ferrero no es solo un insigne estudioso, cuya fama
desde hace tiempo ha traspasado las fronteras de su país, sino también un gran
abogado, más que sensible al problema del respeto a las garantías defensivas de
las partes, por lo que ha querido reimprimir este libro juvenil para recordar al
legislador de su país la necesidad de asegurar que la aceleración y la eficiencia no
sean obtenidas a despecho de las garantías esenciales del “debido proceso”, y que
no es aumentando los poderes del juez y limitando las garantías de las partes que
se acelera el proceso civil.
Por tanto, si en 1972 cuando vio la luz este libro podía ser, como señaló Mario Alzamora Valdez, la contribución de un joven y valioso estudioso sobre uno de los
temas más delicados e importantes de la teoría general del proceso; hoy, más de
treinta años después, se presenta actualizada como la autorizada y meditada advertencia del autor a todos aquellos que, con los más variados pretextos, no aprecian debidamente el derecho de las partes a la defensa.
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