Descripción
Mientras escribo estas líneas existen etapas intermedias que llevan meses,
en algunos casos, más de un año de duración. Algo anda mal. La etapa
llamada a ser un filtro vital de juicios orales innecesarios se está
convirtiendo en un problema central en el ámbito del plazo razonable de
duración del proceso penal. No tengo dudas de que la eficiencia y el
correcto —y, por qué no, ágil— funcionamiento de esta etapa depende del
cabal y adecuado conocimiento de su función, de sus instituciones, del
procedimiento establecido para su desarrollo.
Es, creo, la única forma que tenemos los académicos para seguir
contribuyendo al sistema. Insistir en el desarrollo dogmático, plantear más
preguntas que respuestas, seguir propiciando un debate que permita el
desarrollo de las ideas, sobre todo a nivel jurisprudencial, que es donde se
sientan las bases del desarrollo de las instituciones jurídicas. El mejor
camino para evitar la dilación, el formalismo, la repetición y la ineficiencia
es intentar entender las bases del sistema, la verdadera noción de las
instituciones y el sentido que debe asignarse a las normas de nuestro
proceso penal. La ignorancia es siempre un obstáculo, el conocimiento un
recurso.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.